domingo, 16 de marzo de 2014

TRES DE UN PERFECTO PAR* por Paula Barrera

Adentrarse en el verde bajo la mirada de las vacas, y los pájaros que anuncian la llegada de visitantes; sin dudas, obliga a bajar la guardia. La calma apacigua el corazón y despierta los sentidos.
Lo primero que se ve es una extraña construcción, una infinidad de triángulos que apuntan al cielo. Adentro de esta no-iglesia yace la perla: una pirámide blanca conformada por los retazos de vida de más de 40 mujeres.  Historias de amor, varias generaciones que se reencuentran y resignifican sus vestidos de novia. Los tejidos quebrantados evidencian la fragilidad de los vínculos, el reencuentro con esa pieza que más que un vestido, es un pedazo de vida, un ser orgánico que transitó de la ilusión a la decepción, y que en otros fue el inicio de la felicidad compartida. 

La melodía que llena este particular espacio nos transporta al deseo, al punto cero, el lugar de partida, es la vida palpitante con sus notas grises. La hermosa composición de Dany López, el amor y compañero de Alejandra González Soca, se ve iluminada por la performance sonora de Alejandra Genta quien dulce y perspicazmente ingresa en la composición de Dany. En ese momento el participante ve sus sentidos estimulados, el corazón se regocija, las sonrisas se dibujan en todos los rostros.

Lo más hermoso de este trabajo es que todos podemos sentirlo, a todos nos habla, cualquiera puede comprenderlo, interpretarlo libres del yugo snob que caracteriza a gran parte del arte contemporáneo.

Luego conocimos a Pocha y a Rosana, madre e hija, ambas le prestaron a Ale sus preciados vestidos. Curiosamente el esposo de Rosana se llama igual que mi pareja, se casaron en la iglesia de la misma calle en que nosotros vivimos. Todo se triangula, se conecta, “Hilo Partido” tejió los lazos de muchas mujeres y hombres, esta instalación viva acaricia el alma. 

En raras ocasiones, uno se va de un vernisage con algo, en esta oportunidad me fui con un amor intenso por la vida, con infinidad de inquietudes sobre lo que significa ser mujer, sobre las joyas arquitectónicas casi olvidadas y hasta desvalorizadas, sobre la aburrida dinámica que manifiestan tantos artistas contemporáneos. Pero también, me voy feliz y optimista, con la esperanza de que más Alejandras y Danieles embellezcan la vida con arte que conmueve, inquieta, que  nos despierta del letargo y nos conduce a repensarnos.

*Three of a Perfect Pair  (King Crimson)  
Paula Barrera
Socióloga, pisciana,  colombiana, a ratos disfruta jugar con las palabras o con los pinceles. 

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