miércoles, 1 de marzo de 2017

HABITADAS: sobre el objeto y la necesidad de persistir


Abro mi cartera,
como lo hacen las mujeres,
y  los peces nadan de aquí para allá
entre las monedas y el lápiz labial.
Los saco,
uno por uno
y los lanzo contra los nombres de las calles,
y lanzo mi cartera
al río Charles.
Después me deshago del sueño
y me precipito contra la pared de cemento
del tosco calendario
en el que vivo.
Anne Sexton. Mercy Street 45 (1969).

Portando intimidad.
La mirada imposible a la cartera “de mujer”,
ese público continente de privacidad.
Verónica Panella*

Winnie busca y rebusca en su cartera negra, de buen tamaño. Revisa y ordena su contenido y como cualquiera de nosotras, duda al momento de inventariar lo que habita dentro de esa pieza de cuero cosido, en apariencia banal, que da la impresión de contar con vida propia. Falta un detalle más: Winnie, protagonista de “Los días felices” de Samuel Beckett está enterrada hasta la cintura en un espacio desértico afanado en consumirla, y en ese contexto, la cartera se convierte en un ancla de semicordura gracias a los fragmentos de intimidad y posible salvación que continenta. Más allá de la metáfora, la llamada “cartera de mujer”, tan contemporánea desde una perspectiva histórica, tan vinculada, en una lectura superficial, a las demandas accesorias de la sociedad postindustrial, comparte significados, usos y tabúes (oculta de la vista, no la profanan manos ajenas) con otros objetos de acarreo que ancestralmente han acompañado a hombres y mujeres en sus largos éxodos o mínimos desplazamientos, desde el zurrón del peregrino hasta las coloridas mochilas para las que las wayuu, herederas del saber de la araña Wale’Kerú, reservan una iconografía particular.
En este sentido, la instalación Habitadas se apropia y potencia esta ambigüedad significativa, jugando a subvertir estas “piezas carteras”, que la artista Alejandra González Soca ha recibido en préstamo, tanto en su condición de objetos concretos como portadoras de la memoria de sus dueñas, orquestando con ellas un espacio intimista y perturbador. En este interpelante “descontexto” de objetos falsamente intrascendentes, Alejandra González Soca teje, evidencia, oculta, guarda, en su pequeña cueva/receptáculo, fragmentos de este corto/largo camino emprendido fundamentalmente desde inicios del siglo XX, por mujeres que desde diversas realidades y con desigual alcance, asumen el desafío de ponerse en movimiento. La pieza visual funciona entonces como huella mnemotécnica de esos andares históricos, en los que, aferradas a las asas de estas grandes, sensatas, fiesteras, desbordadas, coloridas, cuarteadas, incluso inexistentes carteras, ellas intuyen, (como podrían hacerlo las iniciadas en los antiguos ritos mistéricos, descendiendo a lo desconocido con la única protección de una canastita cerrada) la fuerza transformadora que implica, llevar en las manos un pequeño universo secreto.

Ficha Técnica
Alejandra González Soca
Habitadas: sobre el objeto y la necesidad de persistir.
2017
Instalación
Dimensiones: 396 x 370 x 225 cm.
Materiales:  110 carteras cedidas por la comunidad.

En el marco del Proyecto Contigo Toda la Vida, Espacio Cultural Fundación Banco República. Inauguración 7 de marzo, 20  horas.

*Verónica Panella (Montevideo 1974) Artista visual y docente de Historia e Historia del arte. Investiga sobre relaciones entre arte y género. Colabora regularmente en revista de artes visuales La Pupila y el semanario Brecha.

Asistente de montaje: Jorge F. Soto

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